Brave new world of digital intimacy (debates)
por Marisol
No es extraño que los creadores de este tipo de redes hayan sido jóvenes nerds universitarios encerrados en sus cuartos del campus. ¿Quiénes podrían desear más el desarrollo de lazos interpersonales virtuales, en donde cada uno crea su propio “else world” y las apariencias quedan de lado, que aquellos matados de look joven-Bill-Gates con dificultades sociales?
Sin embargo, el fenómeno se extendió a quienes aparentemente podrían ligar sin necesidad de esconderse tras una página de internet: el boom de Facebook nos deja libres de cualquier reduccionismo geek que queramos hacer del asunto.
El “ambient awareness”, o una suerte de estado de atención a todo lo que pasa alrededor nuestro, es la explicación al tema que da Clive Thompson desde el NYT. Según su artículo, habría una necesidad de contacto interpersonal constante, por lo cual queremos saberlo todo, incluso de quienes ni nos importan realmente.
En este sentido, creo que la visión de Thompson sobre los lazos virtuales como un “programa chimentero personal” es una simplificación.
Me parece que en este caso es interesante el aporte que el sociólogo Z. Bauman hizo al tema. El autor lo ligó no tanto al mero “contacto humano”, sino a una conducta coherente en una nueva sociedad consumista, donde la socialización virtual sigue los patrones del marketing.
Es decir, en una nueva sociedad donde los miembros se convierten en productos de consumo, la red les permite construir su propia identidad para “venderse”, al igual que “comprar” sin riesgos, ya que se podría elegir una relación según criterios como edad, gustos, estilos, etc.
De esta manera, evitar el contacto directo implica también evitar la espontaneidad del dialogo, en donde el rumbo es desconocido y se ponen en juego nuestras habilidades para socializar off-line.
Lau
Hola Marisol!
Concuerdo con vos en la lectura integral que haces al principio, planteando que el alcance del fenómeno es más complejo de lo que aparentaba inicialmente cuando comenzó todo. A esta altura creo que ha quedado más que demostrado que Facebook trascendió el mundo de los geeks, alcanzando a personas que se alejan bastante de esa idiosincrasia.
Sin embargo, admito que no me cierra del todo como esbozo de explicación de esta tendencia la idea de que los patrones de comportamiento individuales están inspirados en algún punto por el marketing… Me parece que estamos viviendo tiempos de una extraordinaria complejidad en donde la tecnología refuerza, en todo caso, hábitos culturales preexistentes, en algunas ocasiones dejando al descubierto las falencias o las dificultades que la gente experimenta para sociabilizar, crear vínculos trascendentes, mantener relaciones, etc…
Pero claro que como todo, uno no puede abstraerse del contexto, y al hablar de herramientas tecnológicas y posibles implementaciones exitosas (o potenciales peligros) creo que no habría que perder de vista el factor cultural.
Un beso