¿Occidente Vs. Oriente?

En nuestro imaginario solemos asociar siempre el acercamiento de oriente a occidente como un paso hacia delante, como generador de un irrefrenable avance hacia la modernización, en cualquiera de sus aspectos. Transacciones económicas y culturales acercan a los pueblos y generan, deliberada o accidentalmente, asimilación entre sus partes y colaboración técnica y científica mutua.

Sería interesante preguntarse si el proceso es unilateral o bilateral, si solo occidente “moderniza” a oriente o si oriente contribuiría a “tradicionalizar” a sus compañeros del otro lado del globo. Pero también podríamos pensar que se diera un fenómeno contra-intuitivo, totalmente opuesto a ambos casos, poner en tela de juicio el carácter (neo)secular de la sociedad del Oeste y concebir que su impacto en el otro hemisferio pueda no solo renovar viejos patrones sino vigorizarlos aportándole el desarrollo técnico que necesitan y/o crear nuevas prácticas que podamos fácilmente asociar a la idea de lo tradicional(entendido en el sentido más amplio posible).

Este es el caso de la cooperación entre China y un grupo conservador cristiano llamado “Focus on the Family” en torno al harto conocido problema de China con el control demográfico, por la cual esta organización se encargaría de diseñar las currículas y entrenar a los docentes para llevar a cabo una política de educación sexual basada en la abstinencia, reservando la sexualidad y la paternidad exclusivamente al ámbito de la familia tradicional. Este fenómeno surgiría como respuesta a cambios sociales cada vez más notorios, como ejemplifica Li Yinhe, socióloga de la Academia China de Ciencias Sociales: "Now, women get married much later, so it's very hard to keep the virginity over a much longer time,".

Este programa ya ha sido aplicado en estados musulmanes como Egipto y Malasia, pudiendo superar las diferencias religiosas encontrando los puntos en común entre el Cristianismo y el Islam, esto es, la abstinencia previa al casamiento. El caso de China es particular porque, si bien sobran rasgos tradicionalistas arraigados en su sociedad, se trata de un estado ateo con una fuerte experiencia comunista y antirreligiosa y con gran preeminencia del Estado en la configuración de la sociedad civil, pareciendo extraño que delegue un tema de tanta sensibilidad a un grupo social, y para colmo, extranjero.

Casos como estos son los que nos permiten revisar las viejas creencias arraigadas en el sentido común con respecto a las dinámicas oriente-occidente y redimensionar el estado de la cultura mundial bajo los –insuficientes y rudimentarios– parámetros de lo moderno/tradicional.

Abstinence program partners Chinese officials with U.S. evangelicals: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2010/09/02/AR2010090205358.html?sid=ST2010090301790

Riorevuelto
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