Cuando la película “es” la publicidad

Por Laura Marajofsky

Si el “product placement” ya venía siendo una práctica común en el ámbito artístico, en particular en la industria del cine y la televisión, el siguiente -y lógico- paso era la idea de la customización de los guiones para directamente construir piezas artísticas en torno al producto que se quisiera promocionar. De este modo, en los últimos años corporaciones sin ningún tipo de vínculo con el entretenimiento o el arte vienen experimentando con este modelo, en particular en la web (http://www.springwise.com/teen-reali… ). La idea ya no pasa tanto por introducir una publicidad en una película, sino por hacer de la película una pieza de promoción.

El exponente más reciente de esta perversa vuelta de tuerca es el film “The Internship”, protagonizado por Vince Vaughn y Owen Wilson a estrenarse próximamente. La película, como comenta una reseña del New York Times, es el sueño de todo departamento de marketing, ya que a través de su trama y los personajes que presenta sirve como un perfecto dispositivo publicitario para Google (promocionando tanto sus productos como la idea misma de la empresa y lo que implica trabajar allí).

La historia está centrada en dos amigos que luego de perder sus trabajos como vendedores aplican para realizar una pasantía en el campus de Google. El guiño pasa por el hecho de que ninguno tiene conocimientos tecnológicos y que sus edades superan los estándares de Silicon Valley.

“Google clearly thinks the film can do wonders for recruiting. Last month, Larry Page, Google’s chief executive, said the company had participated because the movie made computer science cool and might encourage people to pursue it. Last week, Google drove employees and interns in buses to see the movie, drink at an open bar and see Mr. Vaughn, Mr. Wilson and Mr. Levy in person.”

Más allá de que el director del film, Shawn Levy, se esfuerza en aclarar que siempre tuvo el control creativo, que la película “fue irreverente” y que no estaba respondiendo a ninguna otra agenda que no fuera la de entretener, es difícil no dudar al menos un poco tanto de su maniobrabilidad creativa como de sus motivaciones, en particular al observar el estado de postración ante las corporaciones en el que parece encontrarse el artista promedio hoy día.

Riorevuelto
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