No apto para personas sensibles: tras bambalinas de la industria alimentaria
Por Laura Marajofsky
Con una frase muy significativa que ilustra la portada del último número de la revista The New York Times, se abre un exhaustivo informe sobre las estrategias utilizadas por la industria alimentaria para atraer clientes, sin importar si lo que les están vendiendo es absolutamente perjudicial para su salud.
“Me siento tan mal por el público” dice uno de los científicos a cargo de desarrollar snakcs para Frito-Lay.
Si él se siente mal, imagínense el público, en particular en los EEUU donde el problema de la obesidad alcanza proporciones epidémicas pese al avance de la “onda orgánica” y cierta concientización respecto de la alimentación surgida en los últimos años.
“Today, one in three adults is considered clinically obese, along with one in five kids, and 24 million Americans are afflicted by type 2 diabetes, often caused by poor diet, with another 79 million people having pre-diabetes.”
Este recomendable informe que les dejo aquí se adentra en el “behind the scenes” de lo que es hoy el lobby de la industria de la alimentación, detallando prácticas y estrategias realmente escalofriantes.
Algunos highlights rápidos:
>Se hace una brutal pero muy válida comparación entre los estragos causados por la industria tabacalera y la de la alimentación en la sociedad. Una comparación que pocos parecen afectos a realizar ya que pondría en evidencia el veneno que están comercializando.
“As a culture, we’ve become upset by the tobacco companies advertising to children, but we sit idly by while the food companies do the very same thing. And we could make a claim that the toll taken on the public health by a poor diet rivals that taken by tobacco.”
>Lejos de plantear que es sólo culpa de las corporaciones que la gente se alimente mal, creo que vale la pena observar la evolución del marketing y el impacto de los esfuerzos de las empresas por “enganchar” a los consumidores con productos de índole adictiva que no son saludables.
“The public and the food companies have known for decades now that sugary, salty, fatty foods are not good for us in the quantities that we consume them. So why are the diabetes and obesity and hypertension numbers still spiraling out of control? It’s not just a matter of poor willpower on the part of the consumer and a give-the-people-what-they-want attitude on the part of the food manufacturers. What I found was a conscious effort – taking place in labs and marketing meetings and grocery-store aisles – to get people hooked on foods that are convenient and inexpensive.”
Hay que agradecer también a los publicistas, desarrolladores de producto y a los técnicos por su colaboración y dudosa moral (“food technicians stopped worrying about inventing new products and instead embraced the industry’s most reliable method for getting consumers to buy more).
>Una parte colorida de la nota, en relación a la importancia del marketing, es cuando se cuenta en dónde reside el éxito de las famosas “Lunchables” (bandejas con alimentos envasados para niños); como puntos clave en la comercialización se mencionan la idea de apuntar a madres sobrepasadas y la de dejar que los chicos coman básicamente lo que se les antoja…
“Kraft’s early Lunchables campaign targeted mothers. They might be too distracted by work to make a lunch, but they loved their kids enough to offer them this prepackaged gift. But as the focus swung toward kids, Saturday-morning cartoons started carrying an ad that offered a different message: “All day, you gotta do what they say,” the ads said. “But lunchtime is all yours.””
Las implicancias de estas conductas por parte de las madres han sido tópico recurrente en nuestro foro (https://www.riorevuelto.org/site/index.php?text=ip_foro1&id_comment=313).
>Finalmente, es muy interesante cómo se pone de manifiesto la aparente imposibilidad de que un alimento sea sano y rico (de hecho se profundiza la idea de que las cosas ricas son casi siempre malas para nosotros). Como explica el director de General Mills: “No me hables de nutrición, hablame de gusto y de si estos productos saben mejor, no tiene sentido vender cosas que no sepan bien”. Más allá del contexto específico de esta frase, pareciera que para muchos dentro de la industria gastronómica pensar y desarrollar productos que sean gustosos y saludables es casi un oxímoron.
The Extraordinary Science of Addictive Junk Food
http://www.nytimes.com/2013/02/24/magazine/the-extraordinary-science-of-junk-food.html?pagewanted=all#2