Histórica cobertura del fenómeno “Childfree”
Por Laura Marajofsky
“La carga de la justificación tiende a descansar del lado de la mujer que no tiene hijos” Raramente nos preguntamos “¿Y vos por qué tenés hijos?, en cambio es “¿Por qué no tenés”?
Esta simple pero contundente pregunta se hace la autora Lauren Sandler en el anteúltimo número de Times Magazine (http://www.fem2pt0.com/2013/08/02/having-it-all-without-having-children/), que le dedica su tapa al movimiento “Childfree” -y genera también titulares irónicos al respecto tipo “Times descubre que alguna gente no tiene hijos”.
Más allá de lo tardía o parcial que pueda ser la pieza, si bien es claro que los críticos no han tenido que leer a Mariana Iglesias de Clarín (http://www.clarin.com/sociedad/Libre-movimiento-Childfree-crece-mundo_0_972502867.html ), Sandler es muy efectiva marcando dos puntos fundamentales, por un lado, esta carga inversa en la justificación que marcaba al comienzo, fruto de la absurda axiomatización de la paternidad; por otro, el carácter cuasi hipnótico de esta cultura en la que muchas veces te encontrás haciendo cosas que ni vos mismo podés explicar, al mejor estilo de los personajes de la última película de Danny Boyle,”Trance”.
“For 15 years at four different universities, demographer Stephanie Bohon has asked students if they intend to have children. “They all raise their hands,” she says, “and then I ask why-and no one has an answer for me. That’s what a social imperative does.” The cultural noise about motherhood has become such a constant din that many of us don’t even notice it.”
A su vez, Sandler no se queda sólo con testimonios y argumentos de los propios defensores del modelo “Childfree”, también ofrece algunas estadísticas recientes muy interesantes:
“The birthrate in the U.S. is the lowest in recorded American history, which includes the fertility crash of the Great Depression. From 2007 to 2011, the most recent year for which there’s data, the fertility rate declined 9%. A 2010 Pew Research report showed that childlessness has risen across all racial and ethnic groups, adding up to about 1 in 5 American women who end their childbearing years maternity-free, compared with 1 in 10 in the 1970s.”
Parte de cierta retracción del estigma de “no ser padres” tiene que ver con el lenguaje, y es por eso que aquellos que deciden no tener hijos prefieren ser llamados “Childfree” por tener una connotación más positiva y fiel a sus motivaciones, como explica Laura Carroll, autora de The Baby Matrix (http://thebabymatrix.com/) : “Childlessness is for someone who wants a child but doesn’t have one. It’s a lack. I’m not lacking anything”
Lamentablemente el arte de portada del artículo de Sandler, donde se ve a una pareja muy estilizada retozando plácidamente en la playa, todavía evidencia cierta ambivalencia con el tema, presentándolo de manera frívola y alimentando las construcciones que plantean que hay algo intrínsecamente egoísta en esta elección (como cuando con los “DINKS” se hace hincapié en que el punto es que pueden gastar más en ellos mismos).
También les quiero dejar el comentario de Lisa Hymas, quien acuñara el término “GINKS” (“green inclinations, no kids”), que plantea que el artículo de TIMES pasa por el alto el aspecto ecológico y si se quiere desinteresado de no tener hijos (http://grist.org/living/time-magazine-catches-on-to-the-childfree-movement-misses-the-green-angle/). Y finalmente, cito a Mary Elizabeth Williams de Salon.com que nos recuerda que si bien la presión cultural recae sobre todo en la mujer, sería bueno también empezar a incluir a las voces masculinas en el asunto: “wouldn’t it be nice if Time had done more to acknowledge that reproductive choice means choice for men too?”
¿Será cuestión entonces de chasquear un poco los dedos a ver si se sale de este “trance auto-inducido”…?
Encuesta online sobre el tema: http://ideas.time.com/2013/08/01/what-do-you-think-of-the-childfree-life/