Los “Preppers”: cuando la ilusión de seguridad se desvanece
Por Laura Marajofsky
Prepararse para lo improbable, ya sea que estemos hablando de una pandemia viral, el inminente impacto de un meteorito o un megaterremoto, este es el objetivo de los “preppers” o “supervivencialistas”, una subcultura que ha ido ganando adeptos en distintos países y que de a poco ha copado el imaginario colectivo a través de productos culturales recientes. Desde series televisivas con temáticas bordeando la cuestión (“Revolution”, “The Walking Dead”) a programas íntegramente dedicados a la temática supervivencialista (el show “Preppers” que emite el canal NatGeo), la figura del “prepper” pareciera estar en alza disparando interrogantes respecto de la disfuncionalidad de los sistemas actuales y los desafíos que presenta la creciente complejidad para el individuo.
Quizás uno de los aspectos más interesantes que emergen de esta tendencia, como se debatía el jueves en Club I+, pasa por entender que el acierto de la mentalidad “prepper” reside en poder entrenarse en pensar y visualizar escenarios que se salgan de nuestra normalidad. Es realmente tentador especular con qué transformaciones o innovaciones podrían darse si este tipo de predisposición individual fuera más corriente. A su vez, empezar a desarrollar estrategias descentralizadas y aptitudes auto-suficientes aparece como una actitud de lo más cabal hoy día, en particular viendo la ineptitud de los estados y las grandes organizaciones para lidiar con las crisis o los escenarios inesperados.
En esta línea, los seguidores de esta tendencia se centran en preparase en cuatro áreas que consideran estratégicas: agua, alimentos, refugio y seguridad, e incluyen aspectos como abastecimiento y almacenamiento de recursos, selección de locaciones seguras, defensa personal y construcción de redes de supervivencia. Sin embargo, una idea que afloró con persistencia el jueves es el concepto de que hay que tratar de salir de la lógica binaria de apreciación del riesgo que propone la filosofía “prepper” y pensar más en términos de un “continuo” de evaluación de riesgos, de manera de incluir no sólo las posibles catástrofes sino también todas aquellas situaciones cotidianas que pueden presentar un amenaza para nuestra vida (desde fumar pasivamente a utilizar la bicicleta como medio de transporte en una ciudad como Bs As, por ejemplo).
Si hay algo positivo que podría estar generando todo este auge supervivencialista es precisamente cierto anoticiamiento respecto de la importancia de asumir responsabilidad por nosotros mismos y no depositar tanta confianza en entidades hegemónicas… ¿será por este “emergente espíritu autónomo” que algunas narrativas recientes se concentran en grupos de individuos actuando en conjunto al margen de grandes instituciones? Me gustaría pensar que sí.
Esta lectura más integral y menos lineal del riesgo que mencioné antes, junto con la idea de que todos tenemos la capacidad de entrenarnos para ser más independientes (aunque a menudo esta predisposición se encuentre un tanto atrofiada), se podrían conectar con algunas de las ideas del ensayista Nassim Nicholas Taleb, quien en su reciente libro “Antifragile: How To Live in a World We Don’t Understand” plantea que en vez de concentrarse en prepararnos para los llamados “cisnes negros” hay que construir sistemas y mentalidades que sean “anti-frágiles”, capitalizando y aprendiendo a partir del desorden, la volatilidad y el estrés (http://www.slate.com/articles/health… ).
“If antifragility is the property of all these natural complex systems that have survived, then depriving them of volatility, randomness, and stressors will harm them. Just as spending a month in bed leads to muscle atrophy, complex systems are weakened or even killed when deprived of stressors.”
Quizás este pequeño guiño a la complejidad colabore con la injusta mala prensa que la misma tiene, en particular cuando se libra una batalla en el campo simbólico y estético donde una concepción pendular indicaría que los caminos son o asumir una actitud paranoica y freak, o vivir despreocupadamente sin ningún tipo de conciencia respecto de los peligros y riesgos.
Para más ideas y discusiones sobre este tema recomiendo escuchar la reunión nº35 del Club I+ a partir del minuto 00:37 aproximadamente.
https://www.riorevuelto.org/site/index.php?text=ag_2&tipo=club&modo=reu&id_evento=493&nom=club