La contagiosa estética de la renuncia

Una nota reciente publicada en La Nación repasa el ya conocido fenómeno del "dumpster living" (aquellos que sobreviven rescatando comida y otros productos cotidianos que son desechados por supermercados y grandes tiendas). En este caso se cita la historia de una pareja que vive en Alemania y que hace dos años subsiste sin dinero, habiendo transformado su experiencia en un proyecto que busca reivindicar este estilo de vida como contracara del modelo capitalista en una Europa devastada por las deudas.

"Después de dos años de vida radical, y un viaje a México, realizado sin dinero, el mensaje de Fellmer empieza a llegar de manera amplia a la sociedad. Las universidades lo invitan a dar charlas y los diarios escriben sobre él. Desde www.forwardtherevolution.net informa acerca del "proyecto" que nació cuando todavía era estudiante en Holanda"

Esta anécdota me hizo acordar a otros fenómenos similares que con un espíritu común de vuelta a lo simple se muestran como reacciones pendulares al colapso de las economías y el "binge spending", proponiendo un recorte de expectativas sin pensar demasiado en los "otros costos" para el ser humano… En esta línea el año pasado analizamos "The Mesh", la propuesta de aplicar otro modelo de negocios en donde se privilegie el intercambio y/o trueque de bienes y las posesiones no importen.

Sin embargo, algunos reconocen en estas variantes poca sustentabilidad a largo plazo, reflejando más una respuesta sintomática a cuestiones de mayor profundidad que un replanteo en serio de la cultura en la que vivimos. A su vez, este parece un momento particularmente proclive a los gestos fallidos de rebeldía. No es casualidad que de repente toda la iconografía del "back to basics" y la épica del escape a lo natural estén pegando tan fuerte en el imaginario colectivo, en especial en el público joven, tomando como referentes "Into the Wild" (http://en.wikipedia.org/wiki/Into_the_Wild_%28book%29) y otros productos similares.

El mismo artículo que mencionaba al comienzo termina con la siguiente reflexión, una tímida concesión de inviabilidad, y quizás hasta una callada admisión de derrota:

"Saben que lo de rescatar comida no puede ser una solución para salvar el mundo a largo plazo, pero sirve para lanzar un mensaje. En el futuro, tienen pensado instalarse en el campo, quizás en Italia y vivir de lo que producen. En el caos de la crisis, ellos tienen algo claro: "Esto no puede seguir así"".

Viven sin dinero y llevan a Alemania a detenerse y pensar
http://www.lanacion.com.ar/1444281-viven-sin-dinero-y-llevan-a-alemania-a-detenerse-y-pensar

Riorevuelto
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