Se presume inocente hasta que su cerebro demuestre lo contrario
En el último tiempo, la clásica discusión determinismo vs libre albedrío parece haber adquirido nuevos matices y significancias en torno al contexto cultural que nos toca vivir. Es así que puede observarse una tendencia incipiente en el ámbito de las neurociencias, en donde se están dedicando a estudiar el impacto que determinados automatismos neuronales (y los comportamientos derivados de ellos) tienen sobre nuestro "sentido socio-legal de la responsabilidad". Para más claridad, se está evaluando la posibilidad de a) considerar efectivamente culpable a una persona que comete un delito, ya que se pone en duda su capacidad para hacerse cargo de sus actos b) incluir evidencia "neurocientífica" en juicios c) utilizar esta información para determinar qué tipo de castigos aplicar y cómo responderán los acusados a los mismos.
De hecho en EEUU existe un proyecto de investigación integrado por un panel de abogados, filósofos y psiquiatras que se dedica a considerar estas cuestiones (http://www.lawneuro.org/).
En conexión con esto, esta misma semana salió publicado un artículo en la revista New Scientist que presenta a la corrupción como una práctica casi intrínseca al hombre, y que explica cómo este comportamiento se maximiza ante un paulatino aumento de poder y de responsabilidad generando una "miopía moral". También se plantea que los efectos del poder pueden resultar tan "incapacitantes" como el alcohol, e incluso se sugiere que "cuanto más creativa la persona, más propensa a hacer trampa es, ya que la deshonestidad consiste en actuar de manera deshonesta mientras que te estás contando una historia de que en verdad está bien lo que hacés" (http://www.hbs.edu/research/pdf/11-064.pdf Por Dan Ariely). Una visión bastante perversa de aspectos que pueden ser profundamente transformadores y positivos para el individuo…
A la luz de estos eventos resulta interesante trazar relaciones con otros enfoques analizados recientemente (por ej la teoría de la "Decisión fatigue" ofrecida desde la psicología) y con fenómenos también trabajados aquí (la creciente brecha entre el individuo y la capacidad de operar sobre su realidad estructural), y preguntarse, ¿acaso el trasfondo de todo esto no tiene un subtexto familiar de renuncia/deslinde de responsabilidades?, y ¿qué otros enfoques de este estilo podemos esperar en un futuro cercano?
Quizás la "miopía" a la cual no hacen referencia estos estudios es aquella que propone que una estrategia de minimización de las posibilidades y responsabilidades, es el mejor camino para el progreso o la felicidad del ser humano, en tanto se continúan negando aquellas variables que en vez de malograrnos podrían impulsarnos.
Desde aquí pueden acceder a este conjunto de notas trabajadas ayer en Club I+:
http://www.independnet.org/site/index.php#espacial/default/eleasoc/panel_close/panel_close_s///objeto//fs_tipo_ppa=24&id_ppa_foco=1909