Una vergüenza!

Como si las recurrentes estadísticas a nivel mundial sobre los accidentes de tránsito relacionados con el consumo de alcohol fuesen despreciables, el juez Guillermo Morosi consideró que manejar alcoholizado no es peligroso.

Según fue publicado hoy en muchos medios de comunicación, este funcionario público afirmó que el hecho de que un conductor supere holgadamente el límite de alcohol en sangre permitido por la ley para manejar un vehículo no es condición suficiente para poner en peligro la vida de terceros.

Habría que preguntarse qué impacto cultural trae aparejado que un juez, que supuestamente debe estar al servicio del cumplimiento de las leyes, decrete que no es una contravención grave conducir con una concentración en sangre del quíntuple de lo establecido:

“La prueba dio que el conductor tenía una concentración de alcohol de 2,26 gramos por litro de sangre, cuando el máximo permitido para conductores particulares es de 0,5”

… peor aún que se subestimen los riesgos de conducir en esas condiciones.

http://www.clarin.com/diario/2009/11/20/sociedad/s-02044636.htm

Riorevuelto
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  • Pablo M.
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    Hola todos!

    La verdad, muy interesante el material Mer.

    En lo personal me parece terrible que ocurra una cosa como esta y es realmente lamentable que un juez, supuestamente una persona que tiene que ser criteriosa y razonable, dé como argumento una barrabasada como que "de lo actuado no surge de modo fehaciente -ni la Fiscalía lo ha probado-, que el hecho haya puesto en peligro inminente la vida o la integridad física de terceros, circunstancia que no cabe deducir únicamente del resultado del test de alcoholemia practicado al imputado".

    Este argumento falaz tiene dos problemas. Primero que da por sentado que el hecho se debe consumar para poder decir que pone en peligro a terceros. Esto va contra toda lógica ignorando por completo que las causas, en este caso emborracharse, tienen o pueden tener consecuencias graves. No importa si uno se emborracha y no atropella a nadie, lo que importa es que las chances de que eso ocurra suben drásticamente. Argumentos como estos tiran por la borda la idea de prevención, concepto que a la sazón no debería ignorarse nunca, pero menos en un país que tiene veinte muertos por día en accidentes de tránsito.

    Segundo, este argumento comete la estupidez de ignorar conscientemente todos los miles de estudios, pruebas y hasta la propia experiencia (alguna vez habrá tomado alcohol este Juez) que demuestran que claramente las funciones psicomotoras de una persona se ven reducidas con la ingesta de alcohol en determinadas cantidades y por ende sube automáticamente el riesgo de lastimar a terceros, no solo manejando un auto, sino para muchas otras actividades. ¿A caso aplicaría el mismo fallo a un obrero que maneja maquinaria pesada?

    Pero lo más escandalosos es que aquí no estamos hablando de que el acusado estaba en el límite, o algo dudoso ¡Estaba en 2.26 g x l! ¿Qué significa esto? Para muchas fuentes, concentraciones mayores a 1.0 es considerado, y cito textualmente, "Estado de ebriedad", y en fuentes asociadas al consumo y manejo de vehículos "de 1.5 a 2.5 – Conducción muy peligrosa". O sea que este monigote de juez plantea como argumento que una ingesta que produce una conducción peligrosa no "necesariamente" pone en riesgo a terceros. Ridículo.

    La verdad estoy sin palabras. Cosas como éstas, que atentan flagrantemente contra el sentido común me llenan de impotencia. Lo único que falta ahora es que a la inconsciencia general se sume la aprobación de los entes que supuestamente deben controlar.

    20 de November de 2009 at 6:32 pm
  • Iván
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    Hola chicos.

    Hay que aclarar que esta resolución, en otro lugar bien podria ser el primer paso a nuevas normas que guíen al conductor atrapado en esta situación, en vez de perseguirlos y castigarlos.

    Entiendo que la reacción tan negativa ante esto es por la falta de situación del juez, por que conozco que nuestras normas de transito, no están preparadas para tolerar estas maniobras, ni la gente preparada para gozar de esta libertad/responsabilidad. Pero bien deberían haber algunas que los asistan en vez de negarlos en estado de ebriedad al volante, al final, van a estar ahí con o sin prohibición…

    Apoyaria sin duda esta iniciativa, pero sería esperar que el juez en cuestión hubiera avalado un plan de normas de transito para asistir y ordenar el transito con posibles conductores ebrios, seria esperar mucho, no me queda sino aceptar la oposición con muy mala cara.

    Salud.

    21 de November de 2009 at 5:29 pm
  • Mer
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    Hola Iván!

    En lo personal diría que el problema no radica en la adecuación de las normas como señalás porque conducir con ese nivel de graduación de alcohol en sangre es una acción irresponsable que pone en peligro la vida de muchísimas personas. Eso de ninguna manera tendría que ser contemplado por políticas que supuestamente están para proteger a los individuos…

    Con los abrumadores índices de accidentes de tránsito alrededor del mundo (sobre todo en Argentina, como ya mencionaba Pablo) creo que es inconcebible esperar que se adecuen las leyes para que la gente maneje en estado de ebriedad.

    Pareciera que ante una cultura decadente que menosprecia la vida, no quedara otro remedio que ceder… Yo no sólo esperaría que concluyan los casos de ebriedad al volante, sino que no me contentaría hasta no ver que es efecto de un cambio de cosmovisión y no meramente producto de una prohibición.

    ¿Que nos queda si ante un problema como éste nos conformamos con un “van a estar ahí con o sin prohibición…”? ¿Cómo podemos aspirar a un futuro más inspirador o estimulante?

    Saludos!

    23 de November de 2009 at 12:22 pm
  • Iván
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    Hola Mer

    Entiendo, pero veo incompatible la propuesta de prohición de alcohol al volante, sin regulaciones serias sobre la ingesta y venta del mismo que es totalmente legal. Prohibir nunca prohibió nada y menos si es un gran negocio, mantener estas políticas que no solucionaron nada en años de aplicación, negando el objeto (como si la solución estuviera en las reglas del objeto y no en la conciencia del sujeto), me parece un error de enfoque y una respuesta poco realista como fin.

    Prefiero tolerarlos, asistirlos y estar preparados. Lejos de la respuesta fructífera o el camino hacia la misma, veo una prohibición como respuesta multi-uso que tanto tratamos de desenmascarar acá.

    Si hablamos de ceder, por lo menos yo, me siento cediendo al aceptar esta triste respuesta de poder que no hace mas que ignorar el problema.

    Ahora, bajar esto a la realidad debería como mínimo casi imposible.

    Saludos!

    23 de November de 2009 at 4:14 pm
  • Babu
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    Hola Iván, me parece que justamente lo que plantea Mer es que lo deseable es que haya un cambio de conductas producto de un replanteo cultural más que de una prohibición. Desde su primer envío, entiendo que el eje está correctamente puesto en la permeabilidad de nuestra cultura (expresada en el fallo en cuestión) ante la conducta asesina de manejar alcoholizado.

    Las medidas restrictivas ya existen, que se promueva su cumplimiento no significa que se pierdan de vista las cuestiones profundas que dan origen a estas pulsiones de muerte.

    Lo que me llama la atención es que mientras reclames más atención en la "conciencia de los sujeto" que en las "reglas del objeto", plantees que hay que promover una nueva regla para integrar a los conductores ebrios. Me parece que una cosa es estar preparados para la locura que nos rodea pero otra muy distinta es, en nombre de la tolerancia, asumir que es natural que haya asesinos al volante.

    Ante las deformidades de esta cultura, creo que es sano no conceder nunca el acostumbramiento, la naturalización…

    Saludos.

    23 de November de 2009 at 6:03 pm
  • Lau
    Reply

    Hola a todos!, me sumo a la discusión aportando a esto último que mencionaba Babu, el tema de tratar de no naturalizar la locura, de no acostumbrarnos siempre a los peores comportamientos, y de pensar en impulsar cambios mediante modelos más complejos… Vinculado a esto, y respecto de los tremendos problemas que hay para que los conductores permanezcan atentos y no se distraigan, leí el otro día una nota acerca de nuevos dispositivos tecnológicos como el “Zoom Safer”, que básicamente lo que hacen es inhabilitar el celular cuando el auto se encuentra en movimiento.

    Esta proliferación de dispositivos que hacen las veces de “baby sitters” de los conductores, dan cuenta de la poca confianza en la capacidad de decisión y control que las personas puedan ejercer sobre sí mismas, y de cómo se naturaliza el problema. Como se refleja en la nota, pareciera que la mejor forma de batallar la adicción a los celulares “es con más tecnología”.

    Ahora, ya sea que se hable de políticas estatales o educativas adecuadas (que deben estar presentes), o de “gadgets” especiales que puedan colaborar, lo que nunca pero nunca se considera es cómo el individuo construye y valida ciertas prácticas.

    Besos!

    High-Tech Devices Help Drivers Put Down Phone
    http://www.nytimes.com/2009/11/22/technology/22distracted.html?th&emc=th

    24 de November de 2009 at 9:38 pm
  • Diego P.
    Reply

    Me resulta interesante reconocerme, por un lado aceptando lo que hay naturalizado, como la regla de la prohibición, utilizándola como argumento para defender mi postura de no ceder.

    A su vez pienso que de esta manera puedo estar resistiéndome a un proceso de aceptación de lo que ocurre, no puedo negar que la gente al volante alcoholizada se ve en la calle habitualmente.

    Se me ocurre que podemos prohibir, eliminar por derecho a las personas alcoholizadas del volante, pero no es suficiente (lo que hay). No podemos lobotomizar a las personas que concientes o no toman la decisión de conducir su vehículo en estado de ebriedad (el extremo de este camino).

    Entonces, me imagino que la regla fundamental surgiría de las propias restricciones morales internas de cada individuo. Para ello sería necesario crear una sabiduría colectiva que promueva el uso apropiado del automóvil, lo que abarcaría la revisión del accionar de varios organismos dedicados a la concientización a través de los medios de comunicación, como a las Instituciones que reglamentan y crean procesos de obtención de permisos para conducir. Poniendo foco en que el sujeto genere concientemente su propia restricción interna.

    Saludos!

    25 de November de 2009 at 12:21 pm
  • Rodo
    Reply

    Diego:

    Me parece que poner el foco en la "sabiduría colectiva" o en la "conciencia moral" es demasiado ingenuo en este caso particular. Sobre todo teniendo en cuenta las estadísticas y el riesgo concreto que significa hoy en la Argentina manejar un vehículo o incluso transitar por la calle.

    Dudo mucho que una persona promedio no sepa que riesgos reales afronta cuando decide alcoholizarse y conducir un vehículo. De hecho se me ocurren pocas explicaciones más allá de un ostensible y generalizado desprecio por la vida, por la propia y por la ajena.

    Eliminar a las personas alcoholizadas del volante puede no ser una solución completa y seguro no va a resolver el problema de fondo, pero considerando la situación actual y el nivel de desorientación de las instituciones, un fallo como este es lisa y llanamente escandaloso.

    Saludos.

    25 de November de 2009 at 1:49 pm
  • Iván
    Reply

    Hola chicos.

    Si estamos tan seguros que prohibir no tiene una salida factible, ¿Por que seguimos apoyando esto? Es lo que hay, no puede ser nunca de los jamases un argumento válido.

    El ejemplo de Lau, nos muestra hacia donde vamos, las soluciones nunca toman el foco de concientizar, hacer razonar a la gente y que exista una respuesta personal…reglamentan, acostumbran y generalizan.

    En fin, tengo que ceder en que puede ser un poco ingenua la aplicación actual en NUESTRO país, pero no por eso deja de ser válida… Prohibir tapa la individualidad, descarta el análisis y reprime sin razón (ya que la gente no tiene conciencia de la magnitud de sus acciones, para eso esta el estado que me reglamenta).

    Si, en este contexto el fallo es de locos, pero erroneamente nos muestra algo más.

    Para retirarme del tema, mi punto es que hay que empezar y no podemos conformarnos, nada más.

    Saludos!! Muy bueno el topic Mer.

    25 de November de 2009 at 5:36 pm
  • Charly
    Reply

    Hola a todos.

    Me parece que en este tipo de discusiones se idealiza la comunión entre los circunstanciales individuos que dialogan, y el Estado representado por un "nosotros" bastante persistente.

    Dice Diego:
    "Se me ocurre que podemos prohibir, eliminar por derecho a las personas alcoholizadas del volante, pero no es suficiente (lo que hay). No podemos lobotomizar a las personas que concientes o no toman la decisión de conducir su vehículo en estado de ebriedad (el extremo de este camino)."

    Yo reemplazaría el "podemos" por "le exigiría al Estado que efectivamente" evite que los alcoholizados manejen, a través de eficaces métodos de persuasión y represión. Es del tipo de cosas que se le exigen a los Estados (porque son elementales).

    Si no alcanza, probablemente sea porque el Estado no hace bien su trabajo (por ejemplo, prohibir), y fundamentalmente porque los individuos no trabajamos lo suficiente con la Cultura para que emerja una auto-regulación razonable.

    Las dos cosas no son excluyentes, y deberían coexistir.

    Quizás, la trampita dialéctica se presenta porque el artículo de referencia hace hincapié en una manifestación de la primera temática (la acción del Estado), y pisamos el palito y armamos una discusión "Estado vs. Cultura".

    Apuesto a que no sería muy difícil que podamos convenir en que el trabajo Cultural es lo más importante que como individuos independientes debemos emprender.

    26 de November de 2009 at 1:10 am

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