¿Test de felicidad?
En uno de los Blogs del New York Times salió una nota sobre la felicidad en base a un estudio de envejecimiento que realizó el Pew Research Center. Al parecer la interpretación de Sarah Arnquist (quien escribe en el blog) sólo se limita a pensar en la influencia del factor salud, y cuando analiza la incidencia de la amistad sólo puede verla en relación al estado de salud o con el agregado de muchos presupuestos arbitrarios, como por ejemplo que las amistades se hacen más sólidas en la tercera edad, como si no existiera en la juventud la posibilidad de tener vínculos fuertes y sólidos.
Pero esa limitación, esa falta de perspectivas, esa forma de abordar algo tan complejo como la felicidad sin preguntarse por los modos y proyectos de vida de los individuos, no es lo más grave que transmite el artículo. Creo que lo más corrosivo es un mensaje conservador que propone adecuar las perspectivas propias y los estilos de vida al círculo que nos rodea para evitar la soledad: “…people who adjust their expectations as their social networks and lifestyles change may avoid feelings of loneliness and isolation, which are linked to illness and earlier death”.
Al servicio de esta cultura, la autora sólo puede concebir una búsqueda tibia y desesperanzada de la felicidad anulando la creatividad, la inspiración y tal vez la genuina realización personal.