Heroínas que atrasan
Por Laura Marajofsky
A menudo fantaseo con una situación poco corriente en el cine hoy en día. Me gusta imaginar qué sucedería si en una trama hipotética se encontraran alguno de los tantos personajes femeninos actuales con una chica que fuera lúcida, segura, y para la cual no sea la prioridad número uno hallar a su “media naranja”.
Seguramente habría un enfrentamiento -sólo que esta vez con un mejor guión- en donde la chica con más personalidad le haría ver a su compañera que puede esperar un poco más de la vida y de sí misma, instándola a tomar una dirección menos convencional. Claro que situaciones como éstas sólo parecen existir -por ahora- en la imaginación de aquellos que, cansados del cúmulo de productos que presentan una versión superficial y retrógrada de la mujer, se entretienen con sus propios pensamientos. Así como se debería exigir más de estas figuras edulcoradas que nos devuelve la pantalla, habría que resaltar la pobreza de ideas de los escritores y directores detrás de estas obras maestras del terror.
De esta manera, en el último tiempo sobrevino toda una camada de películas dedicadas a exaltar a la mujer en sus peores facetas: desde chicas obsesionadas con casarse a toda costa, al punto de convertirse en “damas de honor profesionales” para poder vivir de boda en boda ( 27 dresses), pasando por “bridezillas” que enloquecen y traicionan a su mejor amiga ( Bride wars), hasta personajes rayanos con la estupidez y cuya idea de realización personal pasa por poder caminar delante de una vidriera sin comprar compulsivamente ( Confessions of a shopaholic).
En todos estos escenarios el denominador común es que se sitúa a la mujer en un rol tradicional caracterizado por la debilidad, la dependencia y una focalización excesiva en la pareja. Todo dato que no sea relativo a la búsqueda amorosa queda prácticamente relegado, proyectando una imagen simplista y poco representativa de las potencialidades humanas. Lo que es más gracioso, es que en muchas ocasiones la figura del novio (que uno pensaría es de cierta importancia dentro de este paradigma) queda desdibujada o es presentada como un mero artículo de utilería, evidenciando la vacuidad inherente a esta pulsión. Cuando finalmente se deja entrever un poco más sobre las protagonistas uno se lleva tremenda decepción ya que son todas workaholics bastante infelices, mostrando el camino oscilante entre dos polos (trabajo-amor) al que éstas parecen condenadas, y sugiriéndose algo así como que la insustancialidad e intrascendencia de sus vidas se soluciona con un pastel de dos pisos y algún galán de turno.
Para empeorar la situación, “Sex & the City”, uno de los exponentes más representativos del llamado género “chick flick” -naturalizando con este término que las chicas se interesan principalmente en temas relativos a la pareja y el matrimonio-, glorifica todos los aspectos mencionados hasta ahora pero con una dosis mayor de cinismo y frivolidad. Asimismo, este producto ofrece una visión unidimensional y conservadora de la amistad, donde el valioso activo que constituyen los amigos es desperdiciado en cócteles y fiestas en las que sólo parece poder hablarse de sexo y zapatos, despojando estas relaciones de toda observación crítica y capacidad de incidencia.
Cabe preguntarse si este movimiento de retracción acaso no hace juego con otros desplazamientos culturales de la época más orientados a la recuperación de modelos vetustos que a la generación de nuevas alternativas, un movimiento en el que el individuo asume un rol defensivo ante un panorama cambiante que plantea numerosos desafíos.
Evidentemente es pedir demasiado encontrarse de vez en cuando con algún prototipo que no responda a los mismos convencionalismos de siempre. A juzgar por la ola de títulos a estrenarse (He’s Just Not That Into You, All About Steve, etc) vamos a seguir esperando un buen rato, por lo menos en la ficción.
La definición de la palabra “heroína” habla de mujeres valientes que llevan a cabo hechos memorables, épicos. Quizás se trate entonces de encontrar en cada uno -indistintamente del género- la dimensión heroica de lo que significa vivir en tiempos complejos pero estimulantes, pensando hacia adelante en vez de hacia atrás, con la valentía para visualizar nuevos horizontes en lugar de conformarse con más “repackagings” de lo mismo. Como haría una heroína de la vida real.
An
04/04/2009 23:05
Lau. Me encantó. Es increible cómo pasa el tiempo y las mismas fórmulas se siguen sosteniendo, ¡e imponiendo! Si no es en la pantalla grande, es en mi cocina o en el bar, o en una reunión de familia. Las mismas ideas sofocantes tocando la puerta: “¿Cómo no te vas a casar?”, “En alguna de las religiones tenés que creer.”, “Tratá de no pasar de los 30 para tener hijos.”, “Una mujer tiene que saber cocinar.”, “¿Quién va a plancharle la ropa a tu marido?”, “Ya te va a llegar…” ¿Cultura o hipnosis masiva?
Besos a todos!
R,
06/04/2009 12:23
La problemática relacionada con las cuestiones amorosas ha inspirado textos desde la antigüedad clásica. No es un tema menor, las relaciones entre las personas se complejizan y eso creo que es lo que aparece en el cine (banalizado, desde luego, pero no hay que olvidar la fuerte dimensión comercial que mueve los intereses de Holllywood). Me parece que quizás la selección de películas ayuda a la argumentación del texto, pero hay otras películas, y mucha más bibliografia al respecto. Hay que echar un vistazo a todos esos regueros de tinta, a lo mejor ayudan a ver que hay otras perspectivas. El cine es sólo un entretenimiento y todos sabemos que se encarga de reproducir la ideología dominante, pero señalar esto no tiene demasiado sentido si no se lo acompaña de una crítica un poco más exhaustiva. Saludos
Mercedes
06/04/2009 13:06
Hola R!
Entiendo a lo que vas… porque es cierto que pueden encontrarse otras perspectivas sobre las relaciones pero creo que subestimas el rol y la incidencia que tiene la industria del entreteniendo, y el cine en particular, en la cultura. La crítica esta muy centrada en un conjunto de productos de consumo masivo que representan mucho más que una reproducción de la ideología dominante. Creo que es muy representativo que ese tipo de argumentos y de películas sean en este momento taquilleros y que en pocos sitios se hayan encontrado críticas profundas acerca de todo esto es un indicador importante… me parece que no es necesario citar bibliografía académica o mencionar la existencia de “otras películas” para sostener un argumento como el que está desarrollado en la editorial. La fundamentación esta en las antípodas de una selección antojadiza de películas, creo que es fácil distinguir una tendencia a ilustrar la posición de la mujer y las relaciones (porque la editorial no se trata únicamente de pensar la cuestión amorosa) de una manera retrógrada y postergada, y justamente de eso se trata el texto. Es bastante claro que la crítica está centrada y circunscripta a una forma particular de modelar los roles y aspiraciones femeninas. Por otro lado, no veo que sea muy provechoso focalizar en la existencia de excepciones… creo que una crítica sobre los modelos hegemónicos y cómo estos son recreados y consumidos masivamente es totalmente correcta existan esas excepciones o no. Diría, en todo caso, que lo más importante es dilucidar que hay detrás de ellos.
Carlos Lavagnino
06/04/2009 15:43
Hola R, qué tal si mostramos algún argumento, alguna de esas “otras películas”, algo de esos “regueros de tinta”?
Digo, como para que lo tuyo se acerque a lo que podría ser un aporte.
Gracias.
Francisco
22/05/2009 08:40
Laura
A mi me parece correcto lo que decís, en mi humilde opinión se refleja una corriente y los polos que mencionas.Te felicito por tu opinión y la idea de compartirlo con muchos de nosotros.
Saludos